(Versión abreviada de otro episodio de esta radiofonía que titulé El sinvivir)
Por un lado están los viajeros forzosos: migrantes sociales, climáticos. Los huidos en busca de refugio, acogida, asilo... Tantos y tantos exilios. Luego están las insomnes masas de turistas, los ilusos del viaje de iluminación y descubrimiento. Y los estudiantes poscoloniales, coleccionistas de Master...
Una agitación continua y en crecimiento se transmite inquieta por toda la colmena. Hay quien se va lejos para quitarse las espinitas, como dicen por aquí, por donde vivo.
Está, por fin, el viajero interior, buscándose por dentro, saliendo al encuentro de los otros en los libros, en los sueños...
El espíritu de la colmena