La infancia dura poco y en ella se decide todo: a los 15 años ya nos convertimos en adultos. A partir de ahí los cambios son poco significativos y ya, por decirlo con la frase hecha, está todo el pescado vendido. Por eso son tan importantes los juegos y, particularmente, los juegos en los que la imaginación suple las carencias materiales, como hace el niño de la fotografía.
Submarinos de madera
Submarinos de madera
Submarinos de madera
La infancia dura poco y en ella se decide todo: a los 15 años ya nos convertimos en adultos. A partir de ahí los cambios son poco significativos y ya, por decirlo con la frase hecha, está todo el pescado vendido. Por eso son tan importantes los juegos y, particularmente, los juegos en los que la imaginación suple las carencias materiales, como hace el niño de la fotografía.